Estilo, potencia y confort: Ponerlos juntos en un automóvil es sinónimo de éxito. Y eso fue lo que aseguró un buen despegue al modelo Thunderbird cuando Ford lo lanzó en 1955.

En cuanto a estilo, se trataba de un vehículo bajísimo y de dos asientos, con apenas 102 pulgadas de distancia entre ejes.

La potencia provenía de un motor V8 de 4.785 ó 5.110 cc con carburador Holley de 4 gargantas, que erogaba hasta 225 hp a 4.600 rpm cuando estaba asociado a una transmisión automática como es el caso del modelo de la foto.

A pesar de haber sido inspirado en los modelos deportivos –la mayoría extranjeros- que capturaban la imaginación de los americanos en los cincuenta, el Thunderbird fue fabricado como un pequeño auto de lujo. Su suspensión de auto familiar entregaba un andar más suave que el de los deportivos puros. Las ventanas en las puertas y la disponibilidad de un techo duro de fibra de vidrio entregaban en toda temporada un mejor confort que aquellos deportivos con cortinas y techos plegables. Una columna de dirección telescópica ayudaba al piloto a encontrar una posición óptima tras el volante. Vidrios y asientos eléctricos eran opciones muy pedidas.

Habiendo tenido éxito el año anterior, sólo pequeñas modificaciones se le hicieron al modelo 1956 para poderlo diferenciar, a saber, la rueda de repuesto se relocalizó atrás y por fuera, y se agregaron ventilaciones laterales en los tapabarros delanteros. El techo duro siguió siendo opcional, mas ahora incluía ventanas circulares para eliminar el punto ciego que caracterizó al modelo anterior. 15.631 Thunderbirds fueron producidos ese año.