Antoine de la Mothe Cadillac fue un oficial del ejército francés que en 1701 fundó la ciudad de Detroit, en EEUU. Para la industria automotriz, tanto la ciudad de Detroit como Cadillac significan muchísimo. Son pocas las marcas de automóviles norteamericanos que han permanecido siempre fieles a sus intenciones originales, de elegancia, supremacía y tradición como Cadillac, y han sobrevivido para contarlo. En algún momento, entre los años 30 y 40, Cadillac reemplazó a Packard como símbolo del automóvil de lujo.
Si bien para 1936 el modelo 36-70 no era el más vendido, este V8 de 5.670 cc, con 135 hp y una transmisión de tres velocidades era sin duda la base o estructura principal de producción de Cadillac, y el modelo más importante en términos de sobrevivencia económica para los años venideros. Contaba por primera vez para la marca con frenos de mando hidráulico.
Entre las reformas o actualizaciones para el año 1936 se encontraban incontables cambios estilísticos realizados por Fleetwood, el carrocero. Todos los modelos contaban con un parabrisas en forma de “V”, y la nueva máscara era mucho más angosta. Los focos fueron montados en la máscara en vez de los tapabarros, y éstos fueron rediseñados adoptando un fino nervio central así como una línea más estilizada. El modelo coupe convertible se benefició de un asiento trasero exterior así como de un compartimento separado para el neumático de repuesto.